jueves, 7 de abril de 2011

El comienzo

Mi mujer ha comenzado un blog porque dice que en su entorno de trabajo tienen mucha repercusión (se dedica al patchwork, haciendo auténticas obras de arte con retales de tela).

Hasta aquí, todo perfecto. Lo complejo comienza cuando mi supuesto mayor conocimiento de las nuevas tecnologías me hace el destinatario de sus preguntas y me señala como el mejor de los ayudantes.

Y aquí estoy, haciendo mi primer blog para poder aprender y hacer que todo lo anterior sea cierto y tenga sentido, aunque he de reconocer que, nada más llegar de la oficina, mientras ella se estaba peleando con cómo incorporar animaciones a su blog, yo he continuado camino hacia el sofá para ver cómo el Madrid eliminaba en el quinto partido al Power Electronics Valencia y se colaba en la Final Four (creo que unos 15 años después de la última vez), por lo que he necesitado de un empujoncito del estilo "nadie me ayuda en esta casa, pero seguro que todos queréis la cena" para hacerme levantar y tomar el relevo en el Mac para  empezar esto.

Y aquí empiezan las diferencias. Yo entiendo esto como un lugar para escribir y leer, pero ella lo entiende como un escaparate (y creo que no está equivocada del todo, y menos después de ver las visitas y los seguidores de algunos blogs relacionados con sus intereses), por lo que está más enfocada en "decorar el escaparate" que en lo que quiere decir. Así que, aquí lo dejo y me pongo a jugar con... no tengo ni idea, pero me imagino que con todos los desplegables , menús y opciones que tenga el programa de creación de blogs, buscando conocimientos que me permitan seguir contestando preguntas, parecer el mejor de los ayudantes posibles y poder disfrutar de las excelentes cenas (es una gran cocinera) con las que nos obsequia día tras día.